LOS JUGUETES DE LUIS
Una
fría noche de invierno, la nieve caía sobre el tejado, todos dormían, menos el
pequeño Luis, un niño de 15 años, cabellos claros y rostro más pálido aun, que
estaba tumbado en su cama escuchando al viento danzar ente las ramas de los
árboles.
Luis
no podía esperar a a que saliera el sol, él quería salir a jugar ya, se levantó
de la cama, abrió su cofre y cogió un
soldadito de plomo.
A
los cinco minutos, la habitación de Luis
estaba rodeada de soldaditos estratégicamente colocados para el juego.
Aún
era muy temprano, pero Luis ya estaba jugando en su habitación, la poca
iluminación de una vela le bastaba para poder ver el despliegue de soldaditos
de plomo.
Ya
llevaba media hora jugando cuando escuchó el crujir de la madera del pasillo,
todos estaban durmiendo y Luis le quitó importancia, ya que era normal que en
una casa vieja del siglo XVIII la madera hiciera un poco de ruido con el cambio
de temperatura. El grujido seguía y cada vez se escuchaba más cerca hasta que
se detuvo en frente a la habitación del pequeño Luis que seguía sin hacer caso
del ruido hasta que llamaron a su puerta con cierta fuerza.
Luis
se levantó cogió la vela y se dirigió hacia la puerta, cuando estaba en frente
a esta se abrió dejando entrar una ráfaga de aire frio, propio del mes del año,
y una nube oscura que apagó la vela.. Luis quedó petrificado delante de la
puerta sin saber qué hacer. Tenía miedo a estar allí solo pero aún tenía más
miedo a salir corriendo.
La
nube oscura empezó a inundar la habitación, Luis cerró los ojos esperando
despertar de su pesadilla, pero eso era real, al abrir los ojos la niebla se
había disipado y sus juguetes ya no estaban en su lugar una carta y una pintada
en la pared justo encima de la puerta en la que se apreciaba la palabra JUEGA.
Luis
deseoso de que la carta le otorgara mas información sobre el paradero de sus
soldados volvió a encender la vela y leyó la carta que se le había aparecido.
“Hola Luis
Espero no haberte
asustado demasiado, quieres encontrar tus
juguetes, pues únete a la búsqueda, tus padres y hermanos no podrán
despertar hasta que los hayas encontrado todos, iras hallando pistas a lo largo
de tu casa, que no se te apague la vela si quedas sin iluminación tu familia no
podrá despertar.
Te espero, un próximo
amigo.”
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