Cap. 5o
Luis llevaba ya tres días
buscando por la casa el siguiente soldadito de plomo, sin éxito, desesperado el
joven niño salió al jardín para buscar en el viejo cobertizo situado en la
esquina derecha de la parcela rodeado de arboles viejos y muertos que
amenazaban con desplomarse en cualquier momento.
Luis los miro a tiempo para
contemplar como la rama más alta del árbol más cercano se rompía y volaba en
caída libre hasta el frio y duro suelo haciéndose añicos al tocarlo, temeroso
Luis se acerco lentamente intentando no despertar a los árboles muertos.
Tan solo diez metros
separaban al joven chico de su meta, la puerta del cobertizo, cuando el ruido
de un árbol desplomándose inundó la cabeza de Luis que al darse cuenta del
peligro corrió lo más rápido que pudo por la gran capa de nieve, en el momento
que el árbol estaba a pocos centímetros de su cabeza Luis salto hacia delante y
cayó en la nieve, si lo había hecho bien saldría ileso en el peor de los casos moriría
de una forma rápida e indolora, por suerte el árbol no le alcanzo pero una de
sus ramas le había dejado el pie atrapado y no se podía mover, hacia frio y tenía
miedo pero una rama no iba a poder con él, tenía que ayudar a su familia, el
joven levanto con todas sus fuerzas la rama y libero el pie.
Se levanto delante de la
puerta, estaba abierta de par en par pero dentro no se veía nada, tan solo los
muebles viejos y los trastos que se amontonaban unos encima de otros.
Luis estuvo buscando durante
unos pocos minutos palpando todo para intentar reconocer los objetos que tenía
cerca ya que la oscura noche sin luna no ayudaba y el pequeño no había cogido
velas, aun así reconoció cada mueble, cada puerta que tocaba y abría se había hecho
unos cuantos cortes y moratones pero no le dolían al menos en ese momento.
Al fondo del cobertizo
brillaba un poco de luz, algo extraño pues estaba él solo, se acerco poco a
poco, junto a la luz de lo que resulto ser un farol con una vela encendida
dentro se encontraba una silueta negra de su tamaño o un poco más baja que despedía humo negro por
todo su cuerpo y no permitía ver con claridad qué clase de ser era pero sabía
que le observaba y no lo quedaron dudas de ello en cuanto el ser alargo el
brazo y dejo ver con claridad una mano de dedos puntiagudos largos y delgados
que le hacían señas para que se acercaran, Luis desconfió al principio pero
pasados unos segundos se dirigió hacia ella.
Dentro del farol se vela se
estaba consumiendo y amenazaba con apagarse, pero el farol siguió iluminado después
de que la vela se convirtiera en el charco de cera caliente que corría por el
suelo de la habitación, como si intentara escribir o dibujar algo con ella, al terminar de
moverse y enfriarse la cera el ser que se encontraba pegado a Luis recogió la
escultura y se la dio al pequeño, era un nuevo juguete, era una réplica a su habitación,
por la parte trasera de la escultura ponía volveremos a vernos, al leer esto
Luis se percato de que el ser se lo había dicho con una voz apagada y siniestra
mientras él lo leía en voz baja y nada más terminar la frase desapareció como
si de niebla se tratara.
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